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Edulcorantes y su relación con la microbiota intestinal

Actualizado: 10 ene 2021


Edulcorantes y la microbiota intestinal - Nutricionista Online Karina Herrera
Edulcorantes y la microbiota intestinal

La búsqueda de los consumidores por adquirir alimentos sin azúcar, ha llevado que la industria alimentaria utilice grandes cantidades de endulzantes en sus productos como alternativa a eliminar o disminuir el aporte de azúcar, junto a esto, la nueva ley de etiquetado de los alimentos, con los sellos de advertencia, también ha obligado a las industrias a reestructurar la composición de sus alimentos y hacer que estos no lleven sellos o tengan la menor cantidad posible, especialmente el ALTO EN AZÚCARES.

Sin embargo aún no existe claridad de su real efecto en nuestra salud. Hace un par de días se publicó una revisión sobre las Interacciones biológicas plausibles de edulcorantes bajos en calorías y sin calorías con la microbiota intestinal por Plaza J. et. al.

Existen aquellos que no calóricos, que tienen una intensidad más alta que otros como el acesulfamo K, aspartamo, ciclamato, sacarina, sucralosa,, y también tenemos los endulcorantes calóricos como los polioles o alcoholes de azúcares por ejemplo: sorbitol, xilitol, manitol. Todos estos se consideran seguros para el consumo humano.


A continuación se detallan algunos edulcorantes (lo más conocidos) y su efecto en la microbiota intestinal


1. Aspartamo: corresponde a un éster metílico de un dipéptido compuesto de L-fenilalanina y ácido aspártico. Cuando se ingiere, este dipéptido se somete a una hidrólisis enzimática en la luz gastrointestinal y en las células de la mucosa intestinal interna, por ende como molécula intacta no puede interactuar directamente con la microbiota del colon. Los productos de digestión: ácido aspártico, L-fenilalanina y metanol, se absorben rápidamente en el duodeno y el yeyuno.

Su efecto ha sido estudiado en ratas, donde si se ha visto modificaciones de la microbiota intestinal, pero su alteración se cree puede haber sido alterada por un consumo bajo en fibra, proteínas, grasas y carbohidratos. O pruebas en que se mezcló el aspartamo con maltodrextina por ende su estudió se extrapoló a los efectos del aspartamo peor no fue estudiado de forma individual.


2. Acesulfamo de potasio (Acesulfamo K): post ingesta se absorbe casi por completo en el intestino delgado como una molécula intacta sin sufrir ninguna metabolización más del 99% de Acesulfamo -K se excreta en el tracto urinario dentro de las primeras 24 h, y se elimina menos del 1% en las heces.

Sin embargo se ha estudiado en dosis cercanas al límite superior de IDA también en ratas embarazadas observándose un aumento de Firmicutes y una disminución de A. muciniphila.


3. Sucralosa: La sucralosa tiene un nivel muy bajo de absorción (menos del 15%) y prácticamente no se metaboliza, por lo tanto, después de la ingesta, más del 85% de la sucralosa llega al colon sin cambios. Entre el 94% y el 99% de este edulcorante se recupera en las heces sin ningún cambio estructural, lo que indica poco o ningún metabolismo por parte de la microbiota intestinal.

Recientemente se evaluó a corto de plazo sobre el efecto del consumo de sucralosa en el control glucémico y su interacción con la microbiota intestinal en personas sanas, el que concluyó que el consumo de altas dosis de sucralosa (75% de la IDA) durante 7 días no alteró el control glucémico, la resistencia a la insulina o el microbioma intestinal a nivel de phylum.


4. Sacarina: Post ingesta, más del 85% de la sacarina se absorbe como una molécula intacta, ya que no sufre metabolismo gastrointestinal. Una vez absorbido, se une a las proteínas plasmáticas y se distribuye por todo el cuerpo y finalmente se elimina por la orina. El pequeño porcentaje de sacarina no absorbida se excreta en las heces, lo que indica que altas concentraciones de este edulcorante podrían conducir a cambios en la composición de la población microbiana intestinal.

Se han realizado también varios estudios en animales, donde se ha visto su efecto sobre la microbiota intestinal son dosis del rango recomendado por la IDA.


5. Maltitol: se obtiene por hidrólisis, reducción e hidrogenación del almidón, tiene una tasa de absorción muy lenta y se fermenta en el colon. El estudio de este edulcorante y su efecto sobre la microbiota intestinal es muy reducida. Uno de los pocos estudios sobre el tema fue en base a la ingesta de chocolate con este edulcorante, aumentaron la cantidad de bifidobacterias fecales, lactobacilos y ácidos grasos de cadena corta en comparación con el chocolate de control.


6. Sorbitol: se absorbe parcialmente en el tracto gastrointestinal superior, donde se somete a digestión, mientras que la porción no absorbida se fermenta ampliamente a ácidos grasos de cadena corta y gases por la microbiota colónica, por lo que sus estudios se han centrado en los síntomas gastrointestinales que produce como hinchazón o flatulencia.


7. Manitol: Cerca del 75% del manitol ingerido llega al intestino grueso. Las bacterias intestinales metabolizan el D-manitol a butirato y propionato en modelos animales. De hecho, D-manitol ha sido sugerido como un prebiótico, debido a su estimulación de la producción de butirato de colón y propionato. Pero aún nada claro.


8. Xilitol: es un poliol de cinco carbonos obtenido de la hidrogenación de D-xilosa, llamada azúcar de madera o azúcar de abedul. El xilitol puede metabolizarse directamente principalmente en el hígado, permaneciendo sin cambios en el tracto gastrointestinal, solo una cierta proporción del xilitol ingerido es absorbido lentamente desde la luz intestinal y fermentado por la microbiota intestinal. Los productos finales del metabolismo bacteriano del xilitol son principalmente acetato, propionato y butirato. El xilitol puede causar diarrea osmótica cuando las cantidades consumidas son demasiado altas por lo que podría afectar nuestra microbiota intestinal.


Por lo tanto no existe una claridad aún respecto al efecto directo que tienen los edulcorantes en nuestra microbiota intestinal, ya que extrapolar los resultados obtenidos en animales podría no ser del todo certera. Si es claro, que el consumo excesivo de algunos edulcorantes ocasionan síntomas gastrointesinales como diarrea o distensión abdominal, por lo que la recomendación es disminuir el consumo de alimentos ultraprocesados (especialmente los que contienen polioles) y preferir aquellos con la menor cantidad de ingredientes posibles, que sean conocidos y de fácil lectura, e aquí la importancia de leer adecuadamente el etiquetado de los alimentos, no todo es calorías, sino que también analizar la calidad de los ingredientes, permitirá realizar mejores elecciones y llevará a incorporar alimentos en su estado más natural.







Fuente: Plaza J. , Pastor B. et. al. Plausible Biological Interactions of Low- and Non-Calorie Sweeteners with the Intestinal Microbiota: An Update of Recent Studies. Abril 2020

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