El consumo excesivo de azúcar se ha convertido en un problema de salud pública, por lo que la industria alimentaria ha desarrollado alternativas al azúcar que estas sean seguras, sabrosas y que tengan efectos favorables sobre el metabolismo energético y sean de bajo o nulo aporte calórico.
Desde finales de la década de 1970, la Asociación Americana de Diabetes se centró en la terapia nutricional que incluía reducir el consumo de alimentos que contienen glucosa para las personas con diabetes al enfatizar el reemplazo de glucosa con azúcares que no contienen glucosa como fructosa y alcoholes de azúcar (xilitol, sorbitol, manitol).
Identificar alternativas bajas en calorías a la fructosa que compartan sus ventajas sin sus efectos resulta de gran interés, entre los que se encuentran:
La alulosa (también conocida como psicosa) el epímero C-3 de la fructosa, es un azúcar bajo en calorías (<0.4 kcal/g) que se encuentra naturalmente en pequeñas cantidades en frutas secas, azúcar moreno y jarabe de arce. Se ha informado que es 70% tan dulce como la sacarosa y, en general, la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) lo considera seguro como un sustituto del azúcar.
La tagatosa, el epímero C-4 de la fructosa, también es un azúcar bajo en calorías (1.5 kcal / g) que se encuentra naturalmente en pequeñas cantidades en varios alimentos como leche en polvo esterilizada, queso, yogures y otros productos lácteos. Se ha informado que es 92% tan dulce como la sacarosa y es seguro como aditivo alimentario por la FDA.
La sorbosa, el epímero C-5 de la fructosa, es otro azúcar bajo en calorías y es el menos estudiado de los tres epímeros con su presencia en alimentos y su contenido calórico no está bien descrito.
Se realizó una revisión sistemática y metaanálisis hasta el año 2019 evaluando una sola comida los efectos de pequeñas dosis (30 g/comida) de fructosa y sus epímeros (alulosa, tagatosa y sorbosa) sobre la regulación posprandial de la glucosa y la insulina en respuesta a las comidas que contienen carbohidratos. Se encontró que la alulosa redujo significativamente la respuesta glicémica postprandial a las comidas que contienen carbohidratos en un 10% sin afectar la respuesta insulínica postprandial, la sensibilidad a la insulina de todo el cuerpo y las respuestas de la función de las células B. La tagatosa redujo la respuesta insulinémica posprandial a las comidas que contienen carbohidratos en un 25% y mostró una tendencia a una reducción del 3% en la respuesta glicémica posprandial. Pequeñas dosis de fructosa no afectaron ninguno de los resultados, aunque hubo una modificación significativa del efecto por la dosis y el momento de la administración del tratamiento donde las dosis de > 5 g/ comida y la administración de fructosa antes del consumo de comidas que contienen carbohidratos demostraron reducciones significativas en la respuesta glicémica posprandial.
Mecanismo de acción: El mecanismo por el cual la alulosa y la tagatosa potencialmente mejoran la regulación posprandial de la glucosa y la insulina en respuesta a las comidas que contienen carbohidratos no está claro. Algunos han propuesto que la alulosa y la tagatosa pueden reducir la absorción intestinal de glucosa mediante la inhibición de transportadores de glucosa o enzimas de digestión de carbohidratos como la maltasa. También se ha sugerido que la alulosa y la tagatosa pueden mejorar el manejo hepático de la glucosa, el respaldo a esta hipótesis proviene de estudios en animales en los que las ratas tratadas con alulosa o tagatosa habían aumentado el contenido de glucógeno hepático con el tiempo.
Como conclusión, este tipo de productos conducen a mejoras moderadas en la regulación posprandial de glucosa /insulina en respuesta a comidas que contienen carbohidratados sin embargo, en dosis bajas de fructosa no pudieron demostrarse tales efectos.
Por lo que las conclusiones obtenidas en base a esta revisión sistemática es baja para fructosa, moderada para alulosa y baja para tagatosa, por lo que es necesario realizar más estudios (especialmente sus efectos a largo plazo).
Desde mi punto de vista, es importante reconocer que son productos que pueden servir como reemplazo de glucosa, especialmente para patologías relacionadas al control glicémico, sin embargo no son mágicos y tampoco son la solución, ya que si aprendemos a conocer el dulzor natural de los alimentos, disminuir el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados permitirá revertir esta alteración en el umbral de dulzor que actualmente se presenta.
Fuente: Braunstein C. et al (2020). Effect of fructose and its epimers on postprandial carbohydrate
metabolism: A systematic review and meta-analysis. Clinical Nutrition.