El cuerpo humano está sujeto a una exposición constante a antígenos y patógenos extraños. Uno de los elementos principales de esta serie de mecanismos sutiles de protección antiinfecciosa es el microbioma saludable, cuya formación comienza inmediatamente después del nacimiento y continúa durante toda la vida.
Imagen 1: Distribución y predomonio de la microbiota intestinal en le tracto intestinal
La cantidad total de microbiota aumenta gradualmente a lo largo del tracto gastrointestinal, con bajas concentraciones en el estómago y niveles más altos en el colon. La vitamina D dietética o suplementaria se absorbe a través del intestino delgado (especialmente a través del duodeno) como una vitamina liposoluble.
La vitamina D se considera principalmente como un regulador transcripcional de genes que controlan la homeostasis iónica mineral del hueso. Varios estudios sobre el efecto de la vitamina D y el receptor de vitamina D (VDR) en la microbiota intestinal han demostrado funciones esenciales de la vitamina D en el mantenimiento de un microambiente intestinal saludable.Por lo tanto, la vitamina D puede ser útil como adyuvante en la prevención y el tratamiento de ciertas enfermedades gastrointestinales.
Los cambios cualitativos y cuantitativos en el microbioma intestinal pueden ocurrir debido a una amplia variedad de factores externos e internos, que incluyen dieta, contaminación ambiental, condiciones estresantes, medicamentos, inactividad física, estado inmune reducido, desnutrición, desarrollo de afecciones patológicas gastrointestinales y respuestas inflamatorias. inducida por causas infecciosas y no infecciosas.
El desarrollo de disbiosis (desequilibrio de la microbiota) de diversas etiologías agrava el curso de las enfermedades subyacentes, que conducen a trastornos locales y sistémicos incluida la enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad celíaca, síndrome del intestino irritable, alergia, síndrome metabólico, obesidad, asma y enfermedad cardiovascular.
Un equilibrio apropiado de vitaminas, micronutrientes y minerales, incluida la vitamina D, es importante para mantener una buena salud .
La vitamina D corresponde a una vitamina liposoluble, pero no es una vitamina verdadera: no es biológicamente activa por sí misma;no es un cofactor de enzimas, como la mayoría de las otras vitaminas;se puede sintetizar independientemente en el cuerpo y puede ejercer funciones autocrinas, paracrinas y endocrinas y ejerce una amplia gama de funciones biológicas a través de la interacción con receptores específicos en tejidos diana.
Se han observado asociaciones significativas entre la vitamina D y la microbiota intestinal en varios estudios. Se observó un cambio en la composición microbiana durante la suplementación con vitamina D donde mostraron que la variación del gen VDR humano "genera" el microbioma intestinal. El VDR también participa en la inmunorregulación de infecciones no gastrointestinales, como la clamidiosis, y reduce el riesgo de infección prolongada causada por Chlamydia muridaruma través de la regulación de varias proteínas secretables.
La insuficiencia de vitamina D conduce a una mayor susceptibilidad de daño de la membrana de la mucosa y aumenta significativamente el riesgo de Enfermedades inflamatorias intestinales.
Por lo tanto, la vitamina D posee efectos antiinflamatorios e inmunomoduladores en el tracto gastrointestinal .Muchas de estas funciones se producen a través de la compleja comunicación ligando-receptor entre la vitamina D y el VDR, y tienen una influencia en el microbioma humano.La vitamina D también tiene funciones importantes en la inmunidad innata y adaptativa, la integridad de la barrera intestinal y la homeostasis intestinal. La microbiota intestinal responde a la vitamina D exógena, y algunos productos de fermentación de la microbiota pueden inducir la expresión de VDR.
Como recomendación, sería relevante poder analizar a través de exámenes bioquímicos los niveles de vitamina D, ya que muchas veces se presentan deficiencias, sin saberlo, pudiendo llegar a ser un nutriente crítico en gran parte de la población y no solo vegetarianos y/o veganos, especialmente en épocas de otoño-invierno o baja exposición al sol (situación actual de confinamiento), bajo o nulo consumo de lácteos, huevo o alimentos fortificados con vitamina D y en base a eso determinar si es necesaria la suplementación.
Fuente: Nuraly S. et al (2020). Vitamin D and the Host-Gut Microbiome: A Brief Overview. Acta Histochem Cytochem